El cáncer de mama metastásico, aún sin cura en el horizonte, es una realidad con muchas facetas. Los distintos tipos de cáncer de mama que existen en función de la estructura celular del tumor, si tiene o no ciertos receptores, hacen que el tratamiento no sea único a lo largo de la convivencia con la enfermedad y que se sigan buscando nuevos medicamentos e intervenciones para hacer frente a los conocimientos más recientes sobre las diferentes tipologías. Conoce hoy algunos de ellos para que los pacientes de cáncer de mama metastásico sean conscientes de sus opciones actuales y de los frentes en los que la investigación sigue trabajando.
Tratamientos para los cánceres luminales
El cáncer de mama metastásico luminal – es decir, aquel en el que el tumor tiene receptores hormonales – es el más común entre los pacientes. Para afrontar esta tipología de la enfermedad el procedimiento estándar es aplicar una terapia endocrina con el objetivo de reducir el nivel de hormonas de las que se “alimenta” el tumor para seguir creciendo o evitar que estas lleguen a las células cancerosas.
Este tratamiento puede tener diferentes formas: distintos medicamentos que bloqueen el estrógeno - como el inhibidor de la aromatasa, una enzima que cambia los andrógenos por estrógenos y que es especialmente importante en la evolución de cáncer de mama luminal masculino y en mujeres post menopáusicas - o cirugías para la supresión ovárica en mujeres no menopáusicas, de forma que se elimine totalmente la producción de la hormona.
En muchas ocasiones, junto al tratamiento hormonal, se utilizan también terapias dirigidas. Así se denominan aquellas que se dirigen a partes concretas del tumor o del tejido para bloquear la diseminación de la enfermedad, reduciendo además el daño a las células sanas. Un ejemplo de ella es el uso de inhibidores de CDK4/6, un medicamento que actúa sobre proteínas específicas presentes en las células tumorales e interrumpen su división.
En el caso de que la terapia endocrina deje de ser efectiva, se puede suspender e iniciar una terapia basada en quimioterapia que dependerá de factores como la salud general del paciente o los tratamientos utilizados anteriormente.
Tratamiento para el cáncer con HER2 positivo y RH negativo
En este tipo de cáncer de mama, las células tumorales no tienen receptores hormonales, pero sí tienen una cantidad excesiva de HER2. Esta proteína, en situaciones normales, nos sirve para que las células epiteliales crezcan y se desarrollen de forma sana; sin embargo, cuando el gen que “ordena” su producción muta, hace que el crecimiento de estas células se descontrole.
Ante esta tipología se utilizan diversos tipos de tratamiento, en función de variables como de dónde se produce la metástasis (en el cerebro o en otras partes del cuerpo) o el desarrollo de la enfermedad. Por ello, es difícil concretar qué terapias y en qué orden se usan, pero sí que pueden incluir fármacos de quimioterapia, cirugías – especialmente si el cáncer secundario se localiza en el cerebro – y terapias dirigidas al HER2, que es el elemento diferencial de este cáncer de mama respecto a otros.
Tratamiento para el cáncer triple negativo
Como ya explicamos en un artículo anterior, el cáncer de mama triple negativo metastásico es aquel que no tiene receptores para hormonas ni produce la proteína HER2 en exceso, lo que hace más complicado su tratamiento.
Sin embargo, sí hay terapias para afrontarlo. Además de quimioterapia, se puede utilizar la inmunoterapia y terapias dirigidas a subgrupos dentro de este tipo de cáncer, como aquellos que son positivos para PD-L1 – una proteína en las células tumorales que evita que el sistema inmunitario ataque la enfermedad.
El futuro de los tratamientos
La terapia de los diferentes cánceres de mama metastásicos que se utiliza actualmente no es inamovible. La investigación continúa en la búsqueda de soluciones para las tipologías que ya tienen un tratamiento específico, pero también para otras categorías que presentan diferencias, como el cáncer de mama metastásico HER2 low.
El trabajo en los ensayos clínicos con nuevos medicamentos o diferentes usos para los existentes, la innovación en más y mejores pruebas diagnósticas y la profundización en el conocimiento de las especificidades de los tumores son claves para que el listado de tratamientos eficaces siga aumentando. Y apoyar esta labor no es menos importante: todos aportamos para que el cáncer de mama metastásico sea más visible, ocupe más focos y tenga más posibilidades de llegar a una cura.