Las consecuencias de convivir con el cáncer de mama metastásico son muy diversas. Algunas, como las secuelas físicas de la enfermedad, el tiempo invertido en tratamientos o la necesidad de apoyo emocional pueden ser evidentes, pero otras son invisibles para quienes no la padecen. ¿Qué sucede con el trabajo de los pacientes? ¿Y con el coste de no tener las pruebas necesarias cerca? ¿Cuántas nuevas necesidades aparecen y quién las asume? Estas preguntas, el trasfondo material de una enfermedad incurable, son cuestiones que no se pueden pasar por alto. Por ello, hoy queremos poner el foco en los efectos de la patología en la economía de los pacientes.

Ser paciente de CMm ¿incompatible con trabajar?

Uno de los grandes cambios que supone recibir el diagnóstico de cáncer de mama metastásico es el de abandonar la vida laboral. Aunque hay pacientes que pueden continuar su carrera profesional, la necesidad de acudir asiduamente al hospital para someterse a pruebas y tratamientos junto al impacto físico de la enfermedad pueden hacer imposible mantener el trabajo que se venía desempeñando.

En estos casos, se puede solicitar la incapacidad laboral permanente para recibir una compensación económica en forma de pensión. A pesar de ello, las circunstancias personales de cada paciente son diferentes y es posible que esta ayuda no sea suficiente para hacer frente a los gastos o que el enfermo no pueda optar a ella por diversas razones, lo que hace que convivir con el cáncer de mama metastásico se convierta en una realidad aún más dura que la de la patología en sí misma. Por ejemplo, las personas que son diagnosticadas muy jóvenes y no han cotizado lo suficiente no pueden acceder a estas compensaciones, dejándolas sin ingresos y vulnerables ante los gastos que conlleva la enfermedad.

AECMM

Para hacer frente a este escollo, además de buscar la ayuda de trabajadores sociales, los pacientes pueden acudir a asociaciones donde podrán acompañarles, guiarles y aconsejarles en todo el proceso. Juntos, entre iguales, podrán encontrar soluciones para que este aspecto de la enfermedad sea más sencillo de atravesar.

Cuando no hay tratamiento cerca

La investigación ha logrado en los últimos años avanzar hacia nuevos tratamientos para mejorar y alargar la vida de los pacientes de cáncer de mama metastásico. Sin embargo, no todos ellos llegan donde hacen falta: los hospitales cercanos a quienes padecen la enfermedad pueden no contar con los medicamentos y pruebas necesarias, por lo que trasladarse se vuelve necesario para acceder a ellos. Esto añade un coste económico y personal a lo que ya es un proceso agotador.

Sillas de madera en la sala de espera en el hospital
El acceso a tratamientos y pruebas diagnósticas puede depender de dónde viva el paciente e incluso del hospital al que acuda

La equidad en el acceso a los tratamientos es una de las principales reivindicaciones de las asociaciones de pacientes, quienes trabajan cada día para concienciar a la población y a los agentes decisores de la importancia de que estos recursos lleguen a donde se necesitan, independientemente de la ciudad o la provincia en la que se resida.

El CMm no termina en el hospital

Cuando utilizamos la expresión de “convivir con el cáncer de mama metastásico” es porque este acompaña a la persona que la padece en todo momento, afecta a todos los ámbitos de su vida y genera nuevas necesidades y problemáticas que no se tenían o no eran tan acusadas antes de recibir el diagnóstico.

Por ejemplo, en contenidos anteriores hablábamos de la gran importancia del autocuidado y de los hábitos de vida saludable en el desarrollo de la enfermedad. El hecho de seguir una rutina de ejercicio adaptada a las necesidades de cada momento del proceso, tener consejo nutricional para mejorar la alimentación o cuidar la estética tiene un impacto positivo en la salud mental y física de los pacientes e, incluso, en su supervivencia. Pero todos estos recursos, tan necesarios, no son gratuitos.

Asociación de pacientes con cáncer de mama masculino

Según un informe realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer en Valencia, las pacientes de cáncer de mama consultadas tenían, de media, un gasto de más de 9.000 euros relacionado con la enfermedad. Este incluye gastos médicos como medicamentos y consultas privadas, pero también servicios como nutricionistas o rehabilitadores y productos como prótesis o cremas.

Aunque no existe un dato semejante para quienes padecen cáncer de mama metastásico, no es descabellado pensar que este coste es más alto para ellos teniendo en cuenta que conviven con la enfermedad durante más tiempo.

Para seguir viviendo sus metas en las mejores condiciones, los pacientes de CMm necesitan los recursos necesarios. Apoyarles, hacer visible su realidad y unirse a sus reivindicaciones puede marcar la diferencia para muchos mujeres y hombres.