El 19 de marzo celebramos a todos los padres. Ensalzamos su apoyo, su dedicación y su entrega. Buscamos y compartimos regalos para hacerles ver lo que significan para nosotros. Pero, como sociedad, podemos olvidar que es también un momento de darles nuestro tiempo y cuidado, especialmente a aquellos que padecen una enfermedad. Ese es el caso de los padres que conviven cada día con el cáncer de mama, quienes además sufren una patología poco conocida en hombres y que pueden pasar inadvertidos para la sociedad. Para darles el reconocimiento que merecen, hoy te dejamos los tres mejores regalos para ellos en una fecha tan señalada: proteger, cuidar y apoyar.
Proteger: prevención para más vida
El primer paso para proteger a nuestros seres queridos frente al cáncer de mama masculino es saber qué es la enfermedad y cómo detectarla, para afrontarla desde los primeros síntomas y evitar que se desarrolle de forma incontrolada.
Y es que, como hemos comentado en artículos anteriores, este desconocimiento sobre el cáncer de mama masculino es el que lleva retrasar el diagnóstico y el tratamiento y, por tanto, una eventual recuperación. Conocer mejor la patología y animar a los padres a acudir al médico cuando surgen signos de alerta es clave para poder ayudarles a tener un mejor pronóstico después de la detección.
Esta labor de visibilización y prevención es un regalo intangible para los padres, pero también puede ser información muy valiosa para los hijos. El cáncer de mama masculino tiene un riesgo hereditario mayor que en el caso de las mujeres y existen test que identifican las mutaciones genéticas transmisibles para poder detectarlo de manera precoz.
Cuidar: compañía en las metas del día a día
La palabra “cáncer” crea en quienes reciben el diagnóstico una incertidumbre enorme. Si además tiene el apellido “de mama”, con una baja incidencia relativa en hombres, y “metastásico”, la confusión y la inquietud pueden ser una carga demasiado pesada para sobrellevarla sin ayuda.
Ante esta realidad, los padres pasan de cuidadores a ser también personas que necesitan apoyo emocional y físico tanto de la familia como de otros, como profesionales de la salud o asociaciones de pacientes. Por ello, en este 19 de marzo – y en el resto de días del año -, pedimos dedicar tiempo a los padres que atraviesan esta situación, darles un espacio de confianza para hablar de su enfermedad sin el estigma que aún persiste en la sociedad y acompañarles en sus objetivos, sin sobreprotegerlos y sin reducirlos a enfermos, sino verles como personas que tienen metas personales y familiares que perseguir.
Apoyar: concienciación y reivindicación
El estar al lado de los padres en su convivencia con la enfermedad y animarles a continuar cumpliendo sus metas no es la única forma de apoyarles: unirse con ellos en la concienciación social sobre el cáncer de mama masculino es una forma de ayudarles a reivindicar más visibilidad y mejores condiciones de vida. Por un lado, dar a conocer la patología ayudará a que más personas sepan cómo detectarla en ellos mismos y en su entorno y a que más hombres – más padres, más hijos – puedan tener mejor pronóstico. Por otro, señalar la importancia de una mayor investigación en el cáncer de mama masculino puede impulsar que esta consiga rellenar las lagunas que aún existen sobre él y desarrollar tratamientos específicos.
Dicho de otra forma: más información, más prevención y más investigación para más tiempo juntos. Al final, el día del padre y cualquier otro día del año, es lo más importante.