Ser mujer con cáncer de mama metastásico es ser una paciente, pero también ser mucho más que una persona que convive con la enfermedad. Ellas son trabajadoras, deportistas, amantes de la literatura, del cine o de la naturaleza… Y en muchos casos madres, pilares de una familia y agentes del cambio para las nuevas generaciones de mujeres. Por eso, en una fecha tan señalada como el Día de la madre, queremos reivindicar su figura, su exigencia de más investigación para más vida y su ejemplo para sus hijas, todas nuestras hijas, quienes pueden heredar una sociedad más concienciada respecto a la patología y mejor dotada para su prevención y cronificación.
Aprendamos de las madres
Las madres que padecen cáncer de mama metastásico tienen que sobrellevar la enfermedad y todo lo que conlleva. Ya no es únicamente pasar por tratamientos, pruebas y efectos secundarios; es lidiar con la incertidumbre, es ayudar a sus seres queridos a afrontarlo y es trabajar para hacerse más visibles y colaborar con la investigación para lograr que la enfermedad pueda cronificarse.
Esta labor no es solo de autocuidado, sino también de comunidad. Porque los avances que buscan y consiguen las benefician a ellas, pero también a generaciones futuras que, tristemente, parece que verán la incidencia del cáncer de mama aumentar en los próximos años.
En el Día de la madre, además de valorar la implicación de estas mujeres, cabe también dar importancia a recoger su testigo. Que romper el estigma de sufrir una enfermedad incurable y exigir más recursos para mejorar la vida de los pacientes no termine con ellas, sino que sea la meta de toda la sociedad.
Enseñemos a las hijas y los hijos
Igual que los esfuerzos que hacen esas madres que conviven con la enfermedad son para el beneficio de todos, también es conjunta la responsabilidad de que las hijas, las futuras madres, y los hijos tengan la información suficiente para prevenir y detectar el cáncer de mama.
Es por ello que, en esta fecha tan señalada, queremos invitarles a dejar de lado hábitos nocivos que puedan aumentar el riesgo de padecer la enfermedad, como el alcohol o el sedentarismo, y a concienciarles para no dejar pasar las pruebas de detección temprana que se les presenten. En definitiva: que el camino que han abierto las generaciones anteriores se alargue, que el CM continúe reduciendo su mortalidad y que el horizonte donde el cáncer de mama metastásico tenga cura sea cada vez más cercano.
Tiempo, el mejor regalo
Pero el Día de la madre no puede ser solo un día de reivindicación y de grandes palabras; las madres que conviven con el CMm son, ante todo, seres queridos a quienes queremos celebrar de forma especial. Para ellas, deseamos que tengan, hoy y durante mucho tiempo, tiempo de calidad con sus familias y amigos, cuidados y comprensión y una /red en la que apoyarse/ para seguir su camino de concienciación y para descansar cuando lo necesiten.
Porque no son heroínas, ni luchadoras ni guerreras. Son mujeres con metas, con días buenos y días malos y el objetivo de mejorar su situación y la de todas las que, como ellas, viven con una enfermedad incurable.